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Cuando hablamos acerca de manifestarnos, a menudo tenemos algo específico en mente.

Queremos manifestar una nueva carrera, o una relación excitante, o una casa más grande, o mejoras en la salud. Es importante tener metas. Metas específicas. Pero, paradójicamente, también debemos estar abiertos a lo que la vida nos trae.

Una persona profundamente espiritual se encuentra abierta a todo y a cualquier cosa. Por lo tanto, debemos eliminar los planes estrechos de nuestra vida diaria y dejar que la Luz nos mueva en la dirección en que realmente necesitamos ir. Esa dirección puede no ser exactamente lo que esperamos pero a la larga, seguro que será infinitamente mejor.

Permítete cualquiera y todas las soluciones a tus necesidades; aun soluciones que ni siquiera podrías haber anticipado por ti mismo. Es cuestión de darte cuenta que no puedes hacer todo por ti solo, y comprender que todo lo que llega a tu vida te ayuda en tu crecimiento espiritual, siempre y cuando veas los eventos como oportunidades en vez de obstáculos.